¿La pintura es a las artes plásticas -mal llamadas visuales- lo que la poesía es a las letras? Igual que lo poético o el aforismo, lo pictórico concentra un universo de sentido en un punto, un grumo de intensidad que se pierde en cuanto intentamos traducirla a la estabilidad pública. Por tal razón, dicho sea de paso, la relación del artista con las instituciones –incluida la crítica- siempre es problemática. La pintura abre espacios de «incomunicación», interrupciones desde las que se pueda vivir algo no codificado, el lenguaje renovado de una experiencia borrosa. No es discurso, sino inmediatez. No texto, sino materialidad. Si se quiere, puntuación sin texto, a la manera de estas apariciones circulares de Berta Cáccamo, ese azul, rojo, beige tan «americanos», resueltos sin miedo.

Ignacio Castro Rey. Madrid, 17 de octubre, 2009
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