Se debe recordar primero que se trata de una película con fama de «histórica», y además firmada por uno de los monstruos del cine. Es posible que Sed de mal parezca un poco vieja, pero tal vez lo sea sólo en aspectos secundarios. En cualquier caso, pensad lo que pasaría con otras películas al cabo de sesenta años, en cómo resistirían el paso del tiempo. Las potentes imágenes son hábilmente tratadas, con el empleo que Welles hace de las sombras, para remarcar el ritmo dramático del argumento. A primera vista, se trata de una película de acción, con el tema del crimen y la corrupción en la frontera, que siempre es una tierra de nadie alejada del poder central. En seguida aparecen enfrentamientos entre hombres, en un marco de racismo latente ante los mejicanos. Finalmente, encontramos también una indagación moral sobre la complejidad del hombre, que quizá sea lo que más le interesa a Welles.

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