Qué tal, compañero. Te vi esta mañana, pero estabas al teléfono… Verás, lo que te preguntaba ayer, para un artículo que estoy haciendo sobre la juventud actual es lo siguiente. Tal vez sean mis paranoias, pero creo que algunas cosas están cambiando a la juventud actual, sobre lo que sería el síndrome clásico de los 14 a los 16 años.

Está la «desintegración» familiar y el número cada vez más alto de padres separados. Está la edad tardía de los padres y el escaso número de hijos (razones por las cuales a veces mimamos a los hijos como si fuéramos abuelos). Creo que la sobreprotección, o los mimos, es la forma más habitual de «maltrato». Conozco pocos chicos machacados por el autoritarismo de los padres; conozco a unos cuantos anulados por los mimos.

Por encima, están los mimos que sobre ellos ejercen los esclavos tecnológicos, que les sirven a todas horas (no sólo «información») y obedecen sus órdenes al instante. La pregunta hacia ti es: ¿Has notado en los últimos años una pérdida de relación «analógica» con lo espacial  el cuerpo, o una pérdida de habilidades físicas por culpa de la combinación de esos factores?

Tal como están de abducidos por las pantallas, me parecería un milagro (salvo los que hacen deporte duro) que no sea así. Si no quieres escribirme, cualquiera de estas mañanas, viernes incluido, me valdría con que me lo cuentes de viva voz. Estos toda la mañana de mañana miércoles, con la primera hora, el recreo y la cuarta libres; el jueves desde las 10’5 (con guardia en el Anexo a esa hora, normalmente libre) y el viernes toda la mañana, con la tercera, el recreo y la sexta libres.

Un abrazo y gracias de antemano,

Madrid, 10 de mayo de 2016