Hola, G.,

 

Te escribo para pedirte disculpas por el tono de antes, quizás un poco «hiriente» o estresante, no sé. Me había levantado a las 5 de la mañana, etc., etc. Pero el caso es que, lo sabes, me molestaron un poco tus continuos comentarios, que afortunadamente no llegué a oír (sólo veía cómo te girabas continuamente). Sigo apreciando en ti, y en tu grupo musical, una curiosa incapacidad para escuchar y mirar antes de tener ya algún comentario preparado.

 

No sé si es que yo soy especialmente «empático», como dijiste un día, o es que vosotros sois especialmente «des-empáticos». Tiene gracia en todo caso que, en algunos, esto (que Lenin llamaría «autosuficiencia» pequeñoburguesa») se pueda compaginar fácilmente con el socialismo militante.

 

Es una lástima. No sólo La caza es una película digna de atención y silencio. A veces uno se pregunta qué tipo de cambio van a ocurrir en la política o en el periodismo si los dos campos siguen presididos por una jerarquía donde el Yo y el Nosotros siguen cortando el bacalao.

 

Aunque no lo digo sólo por mí, sino también por el testimonio de otros profesores, no tiene mayor importancia. Disculpa de verdad si el tono de sarcasmo fue excesivo.

 

Saludos,

Ignacio

 

Madrid, 10 de marzo de 2015