Estimado M.,

Me alegra mucho que mi texto le haya servido para su trabajo. No, no estamos del todo solos en el planeta de los fetiches ideológicos.

Tenemos además múltiples recursos ordinarios, que el sistema de lo general ni sospecha, para poder respirar bajo la costra totalizante que se ha impuesto. Efectivamente, como dice, el universo del deseo, las alegrías y el sufrimiento individuales sigue siendo ajeno al orden de los grandes mandatos políticos y a la ideología empoderada.

Usted practica el shotokan y yo los paseos por el campo, los vinos con los amigos y los recuerdos de pesca de truchas. Como diría un viejo conocido, es el mundo mismo el que se opone a la mundialización.

Sigo encontrando en los siete libros que tenemos de usted en nuestra casa una fuente constante de alivio e inspiración. Buscaré en su web nuevos destellos. Le envío mientras tanto una reciente entrevista que me hizo un joven escéptico. Tal vez encuentre una ironía agridulce no tan lejana a la suya.

Un abrazo muy fuerte desde España, M., y mis mejores deseos para la mezcla de paz y guerra que necesitamos en estos meses venideros,

Ignacio Castro

Santiago, 7 de junio de 2022