Esta película tiene sus héroes en una infancia arrojada a la calle, casi sin paternidad, pero que por
eso mismo es una de las esperanzas de la raza. Drogas y cole: Michael («Fresh») es un mensajero que
cumple su cometido llevando droga, amparado en su aparente inocencia. Un niño reservado, inteligente,
audaz, madurado prematuramente a golpes, pero en quien la gente confía. Serio, siempre con la mochila
escolar a cuestas, todavía se avergüenza si llega tarde a clase. Querido por todos, presionado por todos,
y sin embargo solo, esconde su dinero en un paraje apartado para algún día poder escapar de ese
infierno. Mientras tanto, en esa jungla hay aún tiempo para el amor, para mirar y hablar con Rosie que,
como él, apenas conoce a sus padres. Con ella habla a veces de la evasión. Rosie: «Tú nunca tendrás un
millón». Michael: «Lo conseguiré. Algún día será mío».

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