Hola de nuevo, A. Tienes abajo el comunicado ruso, interesante y muy detallado, que me llegó hace unos días. No sé si la inefable Theresa May se ha hecho eco de él…

Te envío el correo que le reenvié a la embajada rusa hace unos días a propósito de esa simpática campaña anti-eslava que no cesa y el radiante papel de la nueva Inglaterra, más insular que nunca.

Falamos. Apertas,

Ignacio

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Estimados señores,

Sí, estoy en buena medida de acuerdo con ustedes. En este callejón tortuoso en el que se ha metido con el Brexit, la Gran Bretaña está intentando «poner en valor» su pasado guerrero y su actual potencial militar… Sobre todo, para poder renegociar su posición en Europa. De ahí tantas películas recientes (El instante más oscuroDunkerke…) sobre la Segunda Guerra, recordando esa heroica insularidad estratégica que ha caracterizado a Inglaterra.

Les ha tocado a los rusos, otra vez, el papel de «malos» en este western actual. Por eso ha aprovechado el caso Skripal para intentar volver a recordarle a Europa que la «defensa de Occidente» pasa por ellos, por su agerrido pasado militar y su radiante presente nuclear.

De ahí que U. K. haya sacado tanto pecho por un pequeño asunto que debería intentar aclararse por otras vías. Es de imaginar que Donald Trump estará encantado con este nuevo protagonismo de la crucial virilidad angloamericana.

Así pues, me encuentro bastante escéptico ante esta nueva campaña de la inmaculada democracia occidental. Y más bien cercano al sentido común que proponen ustedes, sin que por ello piense que ninguna nación (ni Gran Bretaña ni Rusia) es nunca totalmente inocente.

Un saludo cordial,

Ignacio Castro Rey

Madrid, 21 de marzo de 2018