Sabes que te quiero, Ch., y me dolió escribirte en ese tono. Lo siento de verdad, pero no veo cómo podría evitarlo. Mi texto, aunque largo-largo, es bastante claro. Y si no fuera así, su rabia (no creo que precisamente «de derechas») lo hace casi obvio en sus momentos clave.

Ortega me importa tres cojones. Mis nombres son otros: Valle, Machado… Pero me preocupan la facilidad de los anatemas, con Ortega o con quien sea, no menos rápidos en la izquierda que en la derecha. Lo de la señora esa de Imperiofobia (libro absolutamente discutible, pero que habría que discutir: V. se limita al insulto que censura) me parece, por parte de la izquierda, neo-estalinista.

En mi coñazo de texto recuerdo que yo mismo aluciné con Sociedad y barbarie, libro que los que me retiraron el saludo ni se tomaron la molestia en abrir. El neocatolicismo de la izquierda, a la hora de condenar sin siquiera leer, para respetar las jerarquías que el norte nos ha impuesto sin vaselina, me parece inquisitorial.

Mi texto no lo va a leer prácticamente nadie. Y esto tampoco es alegre, ni me hace sentir más acompañado en el mundo, pues puse toda mi sangre en él. Y no se va a orillar por su «complejidad»: todo lo contrario, lo que digo es elemental. Sencillamente, me dijo un día un amigo, se va a ignorar (al modo posmoderno, con una cortina de silencio) porque no habla desde ni para ninguno de los reinos de taifas en boga, ninguna de las sectas que se reparten el mundo.

Ya ves, no nos peleamos por capricho. Siento que nos entendemos muy bien a veces y otras tantas, para nada. Es como si viviéramos en dos universos paralelos, que coexisten a la vez. En uno (afectivo, personal, existencial) no hay nada que explicar, porque la empatía es completa. En otro, más filosófico, político y civil, tampoco hay mucho que explicar, porque los equívocos son insalvables.

En fin, no sé si esto tiene mucha solución y si es del todo alegre. Me gustaría que el primer universo fuera el importante. Pero hay cosas del otro (que para ti es crucial y yo desprecio en bloque: son distintas posturas filosóficas y políticas) que duelen, por ambas partes.

Habrá que echarle humor. Y tiempo. Besos,

Ignacio

Madrid, 13 de octubre de 2019