Querido E.,

¿Ayer? Mejor ni te cuento. Algunas personas no estuvieron mal: pronto tendrás el encuentro en Youtube. En cuanto al resto, solo decirte que el universo virtual, que ha crecido hasta niveles de metástasis con la disculpa de la pandemia, ha permitido una casi completa impunidad de la falsedad, la mentira, la desvergüenza. Desvergüenza de la «imagen» y los datos, sin ningún contenido real.

Llevo años, muchos años, esforzándome en todas direcciones. A veces, lo sabes, rozando la «prostitución». Pero soy en el fondo, también lo sabes, una persona de verdades. Con toda la connotación ingenua que tenga esta afirmación.

El caso es que estoy completamente desanimado y decepcionado, por no decir harto, con respecto al planeta virtual. Y no me refiero a ti y a tu trabajo, que aprecio, sino a una profunda decepción con respecto al alcance real del conjunto de toda esa espuma ruidosa. Hoy me parece parte del narcisismo, la hipocresía posmoderna y el entretenimiento, en el que además siempre estás trabajando para otro que ni siquiera conoces. Ni te paga, claro.

Así pues, lo siento por ti, he tomado una decisión. Suspender toda actividad, por lo pronto. Esperemos a ver cómo se resuelve ese misterio encriptado de Wikipedia, que tampoco tiene buena pinta, y después hablamos.

Un abrazo muy fuerte y hasta pronto,

Ignacio

Madrid, 29 de octubre de 2020