Hola de nuevo, C. Repasé otra vez los haikus, leí «Emérito» y «En la penumbra». En los poemas, la misma impresión excelente de autenticidad, de alguien que habla de lo que antes ha vivido.

Dos cosas muy buenas que cumples, hasta un punto sorprendente. Una: Se ha dicho que el poema dice en voz alta lo que muchos viven en silencio, en horas furtivas. En ese sentido, estirando la individualidad de cada cual, el poema revela la verdad común de lo que ya había, una verdad que es para todos, aunque nadie escuche.

Otra: Se dice que un poema o un aforismo condensa un universo de sentido en un solo punto, en una breve vibración. También lo cumples, con creces. Casi me siento culpable por no haberte «conocido» antes, a parte de la encantadora mujer que nos servía la suculenta comida de Casa Carrillo.

Pero bien mirado, tal vez haces la comida con el mismo primor, y se nota, que pones en estas palabras. Por ejemplo, en el cuento «Emérito». Sentimentalidad y afecto, pero llevados a la precisión que solo los sentimientos pueden tener, jamás las ideas solas, sin el empujón del sentimiento.

Gracias por estos regalos. Seguiré leyendo. Hasta pronto y enhorabuena,

Ignacio

Picón, 13 de noviembre de 2020