Sebastián y Costa emprenden una película sobre las gestas de Cristóbal Colón. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos, a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al presupuesto del que disponen. Precisamente elige Bolivia por ser uno de los países más baratos y con mayor población indígena de Hispanoamérica. La película se rueda en Cochabamba, donde la privatización del agua por una multinacional siembra entre la población el malestar que hará estallar la famosa “guerra del agua” en abril del año 2000. Quinientos años después del descubrimiento de América, palos y piedras se enfrentan de nuevo al acero y la pólvora de un ejército moderno. Pero esta vez no se lucha por el oro, sino por el más imprescindible de los elementos vitales.

Ver texto completo