Gracias, S.,

Desgraciadamente, con 94 años, mi tía S. no tiene mucho remedio. Es una cuestión de tiempo (si me oye me mata), con días más o menos complicados. Y esto en una bellísima mujer, le decía a J. M., que hasta hace solo tres años se tomaba unos whiskies que hacían temblar la sala.

En cuanto a lo otro, S., gracias por los elogios pero no es para tanto. Uno hace algunas cosas bien después de muchos años de errores. En lo de los libros (no sabía que tenían que estar el la Programación) difícilmente va a haber reclamaciones. Fue un trabajo voluntario, con mucho tiempo por delante, y casi todos los que lo intentaron han salido bien o muy bien parados. Lo de Rilke no tiene precio, es absolutamente inolvidable (Marilyn dice: «Hasta que leí ese libro pensé que estaba loca»). Los otros son dos libros muy actuales e interesantes, sin más.

La Historia de la Filosofía me da un poco de miedo, precisamente por ese ritmo canónico que hay que imprimir. Pero se puede ver. Y desde luego, esa «Teoría del conocimiento», seguro que más libre.

El caso es que no sé en qué momento estoy de la enseñanza. Si es cierto que «la juventud no es lo que era» es posible que a uno le ocurra lo mismo. No tengo muy claro incluso que mi implicación en la práctica de la filosofía en la vida civil, con investigaciones y conferencias, facilite el ritmo necesariamente distinto de la enseñanza.

Lamento por lo demás las ofensas. Es cierto lo de mi actitud provocadora, en parte como estrategia defensiva, pero casi nunca (torpezas aparte) quiere ofender. En realidad, S., yo no hablaba de glorias ni de carencias. Y lo del chiste malo, querida, de a quién «me recordáis» No se refería a nada en concreto. Solo que uno está cansado del silencio universal, también entre los amigos de uno (si yo os contase). También de cierta indiferencia general o de ortodoxia triunfal (ni S. Tomás ni Kant tienen la culpa) en casi todos los campos. ¿Provocar? No provoco nada, nada más que miradas abstractas o sonrisas piadosas. Jamás olvidaré mi sensación desoladora de aislamiento, hace un año en la Complutense, solo porque me atreví a decir sobre Foucault cosas que no estaban en el programa.

En fin, lamento de verdad las molestias de mi ironía, provocada en parte por mi frustración casi constante. Como índice de ella, pero no es obligatorio que lo leáis, os envío el borrador de una cartita que le tengo que enviar a la tutora de Primero A, esa L. que no localizo.

Un abrazo a todos y disculpas, de verdad,

Ignacio

Madrid, viernes 1 de marzo de 2019